El cierre del Festival partió en la Junta de Vecinos N° 53 Los Lecheros, un lugar cargado de historias y memorias compartidas. Allí nos sumergimos en el espacio creativo del Workshop «Artesanía de la memoria», liderado por el fotógrafo y artista visual uruguayo Federico Estol. Este taller fue un tejido colaborativo que unió las miradas de fotógrafos/as con las vivencias y relatos de los vecinos y vecinas del cerro, dando forma a un diálogo de co-creación con la comunidad.
El recorrido continuó con la intervención callejera creada en conjunto por los participantes del taller y los habitantes del barrio. La calle Diego Cook se transformó en un lienzo vivo, donde fotografías, poesía, objetos y otros elementos cotidianos resignificaron los muros, casas y veredas.
Registro fotográfico por Alexis Vera
Más tarde -en el mismo cerro- nos trasladamos a la Plaza Balzac, el escenario perfecto para dar cierre a la decimoquinta edición del Festival Internacional de Fotografía de Valparaíso. Una gran fiesta en el barrio dio vida al “Plato Único Bailable”, una celebración a cargo de La Cocina Pública y La Mesa de la Música de Valparaíso, que nos invitó a compartir una comida casera y a celebrar al ritmo de Ramón Farrelly, Melissa Johnson, Sergio Aguilera, Kennya Comesaña y Felipe Laborde.
Registro fotográfico por Alexis Vera
Finalmente, como cada año, se realizó l entrega de la Revista FIFV 2024: ¿Cuándo una fotografía pierde la memoria?; una materialización y recopilación del trabajo creativo realizado durante el Festival. Este año, la creación de la revista estuvo a cargo del fotógrafo argentino Aníbal Mangoni, director del Centro de Estudios Fotográficos CEF de Córdoba; el director artístico del Festival, Rodrigo Gómez Rovira, y la diseñadora gráfica Aribel González. Los dos mil ejemplares que circulan por la ciudad fueron impresos en la rotativa del Almendral Impresores.
Nuestro agradecimiento especial a Francisco Saldes, presidente de la Junta de Vecinos 53, y a los vecinos y vecinas del Cerro Los Lecheros, quienes generosamente nos abrieron las puertas de su barrio, y a todas las personas que, con su energía y entusiasmo, hicieron posible este maravilloso cierre de la celebración del los 15 años del FIFV.