Brigadas Fotográficas pusieron el foco en el horizonte este año

Las Brigadas Fotográficas partieron siendo colectivos  independientes, que participaban  del FIFV por medio de intervenciones en los espacios públicos, pegando sus fotografías en distintos lugares de Valparaíso. Desde las primeras ediciones del Festival, hasta esta última versión, la modalidad de trabajo de las Brigadas ha cambiado y también la forma de exponer, procurando no contaminar los muros de la ciudad y adecuándose a los estándares de montaje de las demás exposiciones del FIFV.

Este 2016, la relación entre el FIFV y los brigadistas se afianzó. Miguel Ángel Larrea, director de las Brigadas y Romina Resuche, editora, tomaron las riendas de este proyecto y guiaron a los grupos en torno al material presentado, para llegar a una propuesta conjunta, que culminó en la exposición de la plaza Victoria. “Con el paso de los años nos dimos cuenta de la importancia de las Brigadas en lo que se refiere a la relación del FIFV con la ciudad, sus habitantes y sus problemáticas. Creemos que esta combinación fue exitosa y si bien no ha sido algo planificado, vamos a seguir profundizando y mejorando este camino”, señaló Miguel Ángel Larrea al respecto.

La exposición tocó un tema complejo: el horizonte. Se tomó en cuenta la problemática actual de las nuevas construcciones  y los resguardos del borde costero que impiden el acceso al mar, además de la posibilidad futura de que ciertas zonas de Valparaíso sean un espacio de carga y descarga de buques. Las Brigadas fotografiaron el borde costero, las calles del plan, los cerros, Avenida Alemania, la zona de reserva de containers y la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad y su relación con el horizonte.

Romina Resuche comentó que cada año el proyecto tiene características distintas de abordaje del territorio y con diversos actores. “Algo que evoluciona es el trabajo en equipo, tomando en cuenta falencias o buenos resultados del año anterior. Se les planteó a las Brigadas analizar cada día, editar día a día lo que iban obteniendo y así encontrar puntos comunes y diferencias que les permitieran mantener su línea autoral, respondiendo al concepto general y trabajando como colectivo, a partir de una misión encargada y de un proceso compartido”, explicó la editora de las Brigadas Fotográficas, añadiendo que “disfrutamos mucho de cada paso y fue maravilloso lo que ocurrió, tanto en el trabajo de cada Brigada, como en el del grupo entero. Esta misión  derivó en una muestra de gran impacto y a mi parecer muy bella, bastante conceptual además de comprometida con la causa, y que la gente del puerto agradeció mucho”.

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