Rodrigo Gómez Rovira, Director FIFV

“El foto-libro como formato ha sido un pilar fundamental del desarrollo del Festival” señala Rodrigo Gómez Rovira, director del FIFV donde además nos cuenta sobre la experiencia, consolidación  y avances que ha tenido el festival durante los últimos años. 

Rodrigo Gómez Rovira actualmente se desempeña como director del Festival Internacional de Fotografía en Valparaíso, certamen que va en su séptima edición y que fue el primero de su tipo en nuestro país.  «Creemos que cada libro es un trozo de la humanidad y la fotografía es una disciplina que abarca todos los ámbitos de lo humano: lo estético, lo político, lo histórico, etc. Cada fotolibro es un mundo en sí mismo y tener la posibilidad de verlos uno tras otro en muestra del Parque Cultural de Valparaíso, da cuenta del alcance que tiene la fotografía sobre su época».

¿Cómo ves la evolución que ha tenido el FIFV desde sus comienzos en el 2010?

Sin duda el Festival ya se instaló como un encuentro en torno a la fotografía en Chile, pero también más allá de nuestras fronteras. Eso se refleja en diferentes relaciones de amistad y de trabajo que consolidamos con otras instituciones en el mundo, en particular con el Festival “Images Singulières” de Sète, Francia y “CMYK” de Montevideo, Uruguay,  la Escuela EFTI de España y organizaciones como CenFoto. El Festival sigue con la inquietud y energía de sentirse parte de un sistema que no se limita solamente a lo que sucede en Valparaíso, sino que tiene la ilusión y deseo de relacionarse más allá de nuestros confines.

Este 2016 hemos afianzado nuestras alianzas con espacios de exposición como Casa Plan, Teatro Condell, El Internado, Dinamarca 399, así como con festivales de otras disciplinas artísticas como Tsonami y Teatro Container, dialogo que se ha formalizado y genera un cruce cuya finalidad es provocar encuentros para la creación.

¿Qué novedades trae la muestra central de este año?

La muestra que inauguraremos en el Parque Cultural de Valparaíso tiene un carácter distinto a años anteriores, porque si bien será el resultado de las residencias de artistas y pondrá el acento en los procesos, este año habrá miradas específicas sobre Valparaíso, enfocadas en pequeños detalles de nuestra ciudad. Eso permitirá un entendimiento de nuestra propia identidad desde temáticas muy precisas. A medida que pasan los años y volvemos “al ataque”, o como llamamos al proceso de tratar de entender lo que sucede en el mundo a través de nuestra realidad como porteños, se constituye un archivo testimonial de nuestra contemporaneidad, entendiendo que el presente de Valparaíso es una mezcla de su pasado y su futuro.

El pasado mes de septiembre cerraron las postulaciones a los workshops y Brigadas FIFV con gran convocatoria. ¿Qué puedes adelantar al respecto?

Contaremos con workshops que dictarán fotógrafos de gran  experiencia, con la particularidad que son encuentros horizontales, donde el maestro trabaja a la par de los talleristas. Esta es nuestra dinámica de aprendizaje y nuestro sello como FIFV. El trabajo de nuestras Brigadas también tiene una marca única, son instancias en que los fotógrafos se relacionan con la comunidad, los barrios y la ciudad, un hecho muy estimulante porque permite dialogar con la fotografía en temas esenciales de la vida cotidiana. El hecho de exponer el trabajo de las Brigadas en el espacio público y las plazas más importantes de Valparaíso es de gran valor  y permite que la gente que no tiene el hábito de ir a exposiciones, se vea enfrentada a estas imágenes en su tránsito por la ciudad. Imágenes que no pretenden ser postales sino una reflexión sobre nosotros mismos.

Una de las exhibiciones más visitadas del FIFV pasado fue la Muestra de Fotolibros Latinoamericanos. ¿Con qué se encontrarán los asistentes al festival en esta oportunidad?

El fotolibro como formato ha sido un pilar fundamental del desarrollo del Festival. Abre la posibilidad de comunicar y construir una narrativa y sirve como archivo también. Nos hemos preocupado de llevar nuestros ejercicios de fotografía colectiva a la publicación y el hecho de hoy contar con la Biblioteca y Librería FIFV es una manera de compartir con nuestro público. Este año, la biblioteca se ampliará con una nueva donación proveniente de la Asociación Francesa de Editores de Fotolibros “Photobook Social Club”, que también formará parte de nuestra exposición central.

Creemos que cada libro es un trozo de la humanidad y la fotografía es una disciplina que abarca todos los ámbitos de lo humano: lo estético, lo político, lo histórico, etc. Cada fotolibro es un mundo en sí mismo y tener la posibilidad de verlos uno tras otro en muestra del Parque Cultural de Valparaíso, da cuenta del alcance que tiene la fotografía sobre su época.

Fotografía, Rodrigo Gómez-Rovira

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